“-¿Por qué tiras la carne al fuego? – me preguntó, en tono descontento. Nosotros partiremos mañana y otros
hombres vendrán aquí y querrán comer. Pero la carne echada al fuego se habrá perdido
-Pero
¿quién va a venir por aquí? –le pregunté a mi vez.
-¡Bueno, quien sea!
-exclamó muy asombrado-. Vendrá una ratita, un tejón, o una corneja; a la falta de cornejas, un ratoncillo o; en fin, una hormiga. La taiga pulula de hombres.
Esta vez me di cuenta de que Dersu pensaba, no solamente en los seres humanos sino también en animales, e incluso en bestezuelas tan diminutas como las hormigas. Amando la taiga y todo lo que la poblaba,
cuidaba de ella tanto como podía.”
La extensa región de Ussuri, Situada en la parte nororiental de Siberia, se corresponderse con la cuenca del río Ussuri, afluente del río Amur que nace en los montes de Sijote-Alin
(situados a 50 kilómetros del Mar de Japón) y discurre a lo largo de casi 900 kilómetros. Forma parte de la taiga, una de las más vastas extensiones forestales de la tierra. Los árboles:
coníferas (alerces, abetos, píceas y pinos), pero también otros de hoja caduca (arces, robles, olmos, abedules, sauces…) son los verdaderos protagonistas del paisaje
Arseniev (1872-1930), naturalista, cartógrafo, geógrafo, humanista y militar, mostró ese mundo desconocido a través
de sus expediciones y escritos. En Dersu Uzala describe esa región con precisión y creando imágenes de los lugares que recorre, hablado de los árboles, de los animales, de los paisajes
y de las personas que encuentra. Haciendo un relato global en el que refleja el medio natural y el medio social. Su trabajo es comparable al de Humboldt. Narra, en esta obra, una expedición de 1902 en
las que conoció al cazador de la etnia gold, Dersu Uzala, que le acompaño en esta y otras dos expediciones.
Arseniev va descubriendo la capacidad del gold para interpretar los rastros de animales y personas, la localización de cabañas, los giros del tiempo a través del comportamiento de las aves o mirando el cielo, para buscar soluciones
ingeniosas en situaciones desesperadas. Comprende que Dersu :”profesaba una especie de antropomorfismo y lo aplicaba a todo lo que le rodeaba”, el agua, el fuego, el sol, el viento, los árboles y los animales eran para él
hombres, a través de esa fusión con el todo, el gold era capaz de entender la naturaleza de la que formaba parte. Entre Arseniev y Dersu Uzala se va fraguando una honda amistad a través de la que el explorador se
cuestiona los valores de la humanidad y su relación con la civilización: “cuando más observaba a este hombre más me gustaba. Cada día descubría en él nuevas cualidades. Antes, yo había pensado
siempre que el egoísmo es propio del hombre primitivo, y que los sentimientos de humanidad eran solamente inherentes a los hombres civilizados. ¿No estaría equivocado?”. Dersu se preocupaba de dejar cerillas y provisiones
en las cabañas para que el caminante que llegara después no se sintiera desamparado, no consentía que se cazara sin necesidad, ni que se desperdiciara nada: una botella, un trozo de tela, un cordón pueden ser de gran utilidad en
la selva.
Kurosawa, después de haber soñado con llevar
al cine este relato, desde que siendo joven lo leyó, consigue hacer la película. La rueda en la taiga siberiana, en los mismos lugares que describe Arseniev. Lo hace después de haber pasado por una fase negra en su vida por el fracaso
de la productora que pone en marcha con otros tres directores, Ichikawa y Kinoshita y Kobayashi, para hacer frente a las dificultades del cine japonés que no apostaba por la violencia y el erotismo para competir con la televisión. Fue vital en
su carrera la proposición que le hicieron desde la URRS para dirigir esta película que se convirtió en un gran éxito mundial y recibió muchos premios a partir
de su estreno en 1975. Maksim Munzuk y Yuri Solomin interpretando a Dersu Uzala y a Arseniev, respectivamente, se han convertido en nuestros guías para conocer la taiga siberiana.
Novela y película se complementan en este descubrimiento de la taiga. La película nos traslada a sus paisajes y nos ofrece algunos fragmentos sabiamente escogidos, mientras que la novela
nos ofrece muchos más episodios en los que imaginar a Munzuk y Solomin caminado entre los árboles.