¿De cuánto tiempo disponen (los niños y las niñas) para correr, saltar y jugar al aire libre? ¿Para mojarse con el agua y "mancharse" con el barro?
¿Encontrarse libremente con sus iguales? ¿"Hacer el tonto"? ¿Equivocarse y reirse de sus errores? ¿Aburrirse y "no hacer nada"? ¿Jugar con un sencillo "palo" o una piedra? ¿Subirse a un árbol y hacer colonia
con pétalos de rosa?
Heike Freire
Los niños y las niñas están sufriendo un arresto escolar, domiciliario
y tecnológico. Los jóvenes tienen poco contacto con la naturaleza. Y ya sabemos que amamos lo que conocemos, es preciso que tomemos contacto con la naturaleza y que empecemos a conocerla de una forma positiva. En la escuela la naturaleza aparece
ligada a graves problemas medioambientales, se presenta desde un punto de vista negativo, inmersa en una difícil situación. Pero está a nuestro alrededor ofreciendo verdaderos tesoros para disfrutar de la vida y lugares maravillosos para
jugar y ser felices.
El bosque, ese ámbito ligado al mundo de los cuentos, no es un espacio imaginario,
está cerca, en el paseo, en el parque, en los alrededores de nuestras ciudades. Es un lugar para jugar, caminar, charlar, escuchar el canto de los pájaros, la sinfonía del viento en las hojas y las ramas de los árboles, para observar
el paso de las estaciones y del tiempo.
Los niños y las niñas necesitan un guía, un duende
que les vaya mostrando los secretos del bosque, qué les diga cómo es cada árbol, cómo son sus hojas, la forma, el color y la textura de los troncos, la forma de su sombra, el papel de sus frutos. Un duende que les muestre como cambian
a lo largo del año. Después, cuando conozcan esos árboles y les llamen por su nombre, serán amigos y jugarán juntos.
Hacer un herbario: Recoger hojas, prensarlas y presentarlas en un álbum, hacer fichas con los datos de recogida…. Caminar por las rutas señalizadas sintiendo la comunión con el medio,
con el duende que informa y guía. O simplemente jugar al escondite entre los árboles y las rocas.
En
Asturias tenemos muchas posibilidades para disfrutar de los bosques. Las ciudades y las villas tienen parques llenos de árboles, los pueblos están rodeados de bosques. Contamos con zonas protegidas para realizar excusiones como Muniellos, con
zonas recreativas como la de La Pesanca en Piloña donde disfrutar o desde donde emprender una marcha hasta el Picu Vizcares, con un espacio como el Botánico de Gijón. Y con muchas más posibilidades. ¿Quieres ser
el duende que guié a niñas y niños en la aventura de conocer el bosque?.