La tinta verde crea jardines, selvas, prados
follajes
donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones
Octavio Paz
Con tinta verde se crean los jardines y el mío no es una excepción. Entre las ramas verdes brillan con más luz las palabras que se juntan formando
flores de los colores de arco iris, flores grandes y pequeñas, aisladas y formando ramilletes. Por eso el verde es el color primordial, imprescindible y fundamental de los jardineros enamorados de los libros.
El verde es mi color favorito. Calderón de la Barca dijo
que es el color principal del mundo y de eso surge su hermosura, pero está lleno de significados, es polisémico y contradictorio. En distintos lugares y en distintos momentos ha estado
asociado a una simbología muy variada, su valor como color está ligado al tiempo y al espacio.
Michel Pastoureau, historiador de los colores, en Los colores de nuestros sueños, afirma que el verde hasta el siglo XVIII es
el color del desorden, de la trasgresión, de todo lo que va en contra de las reglas y de los sistemas establecidos. Más tarde, cuando se imponen las teorías de Newton, los colores
comienzan a formar pareja, el verde se empareja con el rojo, y como este indica prohibición, el verde evoluciona desde la rebeldía, poco a poco, hacia la identificación con libertad.
Durante la Edad Media en el color de los medicamentos, ya que la mayor parte de los remedios para la salud provienen del mundo vegetal, pero el verde
es también el color del diablo (tengamos en cuenta que satán se asocia con los reptiles, los seres más verdes del mundo animal).
Es el color del destino: de la fortuna y del infortunio, de la suerte y de la mala suerte, de la esperanza y de la desesperanza. Los escenarios de los torneos medievales, los campos de los duelos, los tapetes
de las mesas de juego, los estadios de futbol, rugby y tenis, así como las mesas de ping-pong y billar, son verdes. El azar, el juego y la fatalidad se presentan sobre alfombra verde.
La mala suerte del verde no solo está relacionada con los juegos, tiene que ver con las dificultades técnicas para conseguir un verde brillante y duradero en
las prendas de vestir y en la pintura. Los tintoreros usaban colorantes vegetales que daban lugar a verdes pálidos, grisáceos y sosos. Para disponer de un verde vivo y luminoso en el siglo XVII se comenzó a usar el verdete,
pigmento toxico que usan los pintores, compuesto de vinagre o ácido sobre láminas de cobre. En el siglo XIX se sustituye el vinagre por arsénico aportando más toxicidad al pigmento.
El color verde se convirtió en el color la burguesía del s. XV y XVI, el color distintivo de quienes de disponían de
dinero para pagar los elevados precios de los procesos de teñido de verdes luminosos y saludables. La mujer que posa con su marido en El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck no va vestida
de verde por casualidad, sino para demostrar que la pareja dispone de dinero y encarna un estilo de vida distinto al de los nobles. Ni debe ser tampoco una casualidad, que el Caballero del Verde Gabán que aparece en el Quijote como
representante a una clase social intermedia entre la alta nobleza y los hidalgos, con valores más acordes con los nuevos tiempos, sea caracterizado por Cervantes, precisamente, por el color verde de su gabán.
En la obra de teatro de Tirso de Molina, Don
Gil de las calzas verdes, este color juega un papel protagonista ligado a la trasgresión y la valentía de las mujeres. Si tenemos en cuenta que es un color que le gusta a Calderón de la Barca y como lo usa Cervantes, podríamos
decir que el verde es el color del Siglo de Oro. Eso sí, haciendo uso de la sinécdoque, figura poética que consiste en tomar la parte por el todo, algo que es muy habitual en el mundo de los colores.
Hasta ahora hemos mirado los significados del verde en Europa, pero en China se considera el color de la fertilidad y la regeneración. En Japón
es el color de la vida eterna, la juventud y la frescura. Para el Islam es el color de Mahoma.
Ahora
el verde ha entrado en política y es sinónimo de interés por la calidad del medio ambiente y es el color más utilizado para ilustrar el gusto por los productos y la vida saludable.
Este año 2017, que está terminando, es verde, en concreto greenery, según la asignación que realiza Pantone, el sistema más
reconocido de identificación, comparación y comunicación del color. Este color, según la directora ejecutiva de Pantone, se corresponde con nuestros anhelos de revitalizar y unir, conectándonos con la naturaleza y con nosotros
mismos. ¿Ha respondido 2017 a los deseos depositados en el significado simbólico de ese tono de verde? Desde el punto de vista personal pueden ser muy variadas las respuestas, pero me temo que considerado globalmente, ha quedado solo en
un conjunto de palabras bonitas que, si acaso, han tenido alguna influencia en el mundo de la moda, la decoración y el diseño gráfico.
Dice un refrán que quien se viste de verde por guapo se tiene, yo me visto con la tinta verde diluyéndome en mi jardín. El verde es un color polisémico y lleno de significados, que
evoluciona, que está vinculado a la técnica, que habla de las posibilidades del destino. El verde es el color de mi jardín, la tinta verde lo dibuja y lo escribe. Es el color que mejor me sienta cuando me paro a ver pasar las nubes,
a mirar las flores a leer o a escribir.